Hemos hecho varias cosas esta última semana. El martes, por ejemplo, hicimos un picnic pero indoors. Era feriado, pero se puso a llover así que nos fuimos a la casa de unos amigos e hicimos nuestro picnic adentro de su casa. Muy divertido. El viernes partimos con la Bea a Suiza. Nos fuimos en tren, y como a ella le gusta poquito, no es que gozó. No se quería bajar, por supuesto yo estaba apestada, ya que fueron como siete horas, y en un espacio reducido con la Bea a mil, fue un poco agotador. Llegamos allá tipo 7 de la tarde, y partimos en busca del hostal. Traté de leer el mapa que había fuera de la estación, pero no entendí mucho así que nos dimos como mil vueltas. De ahí decidí que tenía que preguntar. La primera persona no hablaba más que alemán, y me explicó en alemán. Obvio que no entendí nada, así que seguí preguntando si alguien hablaba inglés o francés. La cuarta persona fue capaz de explicarme donde quedaba. La verdad es que estaba al lado de la estación (como salía en la página web del hostal), pero yo salí por el otro lado y me di un millón de vueltas. Ese mismo día dejamos las cosas y nos fuimos al centro a recorrer. En Basel (ciudad a la que fuimos), si uno se queda a dormir te dan un "mobility ticket", que es válido para ocupar todos los sistemas de transporte por el tiempo que dure la estadía. Para la Bea esto fue un regalo del cielo, porque aunque casi todo lo interesante quedaba a distancia caminable, par ella caminar media cuadra es una lata y se aburre al tiro, así que problema solucionado para pasear; nos subíamos a tramway tras tramway. Fue muy agradable porque no reclamó casi nunca de que estaba cansada. Fuimos un rato al centro, comimos y de ahí nos fuimos de vuelta al hostal. La pieza era de ocho y la Bea no podía estar más entretenida en este lugar. Conversaba con todo el mundo, del hostal tenía tele, mesa de pool, de taca taca, así que ella partía a ver tele con el que estuviera, le prestaban lápices para pintar, le regalaban dulces, en fin, lo pasó increíble. Con toda esta emoción, el sábado se despertó a las 730 de la mañana.....yo lo único que quería era media horita más de sueño, la verdad es que no fue posible. Así que nos levantamos, tomamos desayuno y nos fuimos al zoológico. Este zoológico es el más grande de Europa. En verdad increíble. Enorme y precioso. Habían muchísimos animales. Incluso los patos se salían de sus corrales y caminaban libremente por los caminitos. Habían especies de "casas" de reptiles, peces y de pájaros, entre otros. Las de pájaros no tenían jaulas, uno se metía a una especie de mini selva y los pájaros volaban libremente. Muy entrete. Estuvimos ahí toda la mañana.
De ahí almorzamos en una plaza al lado de la catedral de Basel y de ahí nos fuimos al Museo Tinguely. Este museo es lejos uno de lo más entretenidos que he ido. El trabaja con fierro, materiales de desecho y de todo tipo. Uno apretaba botones y sus obras se movían, se prendían luces, se abrían y cerraban cosas, todo sonaba...en fin, increíble. Lo pasamos increíble con la Bea, ella apretaba todo, estaba demasiado feliz. Nos fuimos caminando de vuelta por la playa que hay en la orilla del Rhin...
Después del Tinguely nos fuimos al Puppenhausmuseum, que es un museo de juguetes antiguos. Casas de muñecas, osos, juguetes de todo tipo.....espectacular.
Para finalizar el día nos fuimos al centro, donde armaron una cancha de volleyball playa y hubo un campeonato. Vimos unos partidos y de ahí nos fuimos al hostal.
El domingo en la mañana fuimos de nuevo a ver el volleyball (TODAS las tiendas están cerradas los domingos, sólo abren los restaurants y cafés). La Bea encontró que no era esto lo que quería hacer, así que se encontró una amiga y se puso a jugar (no tengo idea cómo se comunicaban, porque alemán ella no habla). Le regalaron helados y jugó todo el rato en un gánesela al toro que había al lado de la cancha de volleyball.
Llego la hora de irse, así que nos compramos un sandwich y almorzamos en el tren de vuelta.
El viaje estuvo increíble, Suiza es maravilloso.
A todo esto, el Tatan se fue el fin de semana con los Valdés a Rouen, a la casa del Pelao González, que estaba de cumpleaños. Así que solo no se quedó, por si alguien se lo preguntaba.....
Besos!!!!